A principios del siglo XX nació en Pinte Benjamín Herrera Campillay, quien iba a ser seguramente el hombre más grande de Chile. Más grande que todos desde niño, llegó a medir 2 metros y 26 centímetros. Su ropa y zapatos eran especialmente confeccionados para él, ya que no existía vestimentos de su tamaño. Se dice que podía levantar a dos simultáneamente con cada brazo. Falleció tempranamente, probablemente a los 25 años, y sus restos hoy descansan en el cementerio de Vallenar.
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